Tribuna de ayudantes: Vicente Díaz Galleguillos "Cambio Climático y COVID-19"

La crisis sanitaria actual que nos afecta a nivel mundial a raíz de la pandemia provocada por el COVID-19 ha demostrado cuán importante es que los países cooperen en la búsqueda de soluciones y alternativas para superar este difícil momento.

Sin embargo, hay otro problema global que, pese a su relevancia, ha sido eclipsado por la pandemia, aun cuando sus efectos sobre la población mundial se viven día a día, con esto, me refiero al cambio climático.

El cambio climático es definido por el art. 2 literal a ter) de la Ley N°19.300 (LBMA) como “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera y que se suma a la variabilidad natural del clima (…)”. Según la ONU, este fenómeno constituye el mayor problema al que se enfrenta la humanidad en la actualidad.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC)[1] ha establecido que, desde la Revolución Industrial, la temperatura media del planeta ha aumentado en 1° C. Esto puede parecernos menor, pero no lo es de ninguna manera, y trae efectos terribles no solo para la vida humana; sino también para el ecosistema en su conjunto, así como para la diversidad vegetal y animal existente en la Tierra. En nuestro caso, si bien Chile posee una diversidad climática tremenda entre sus diversas zonas, es innegable como el cambio climático se ha hecho presente a lo largo de todo su territorio.

Entre el año pasado y lo que llevamos del 2020, 163 comunas ubicadas entre las regiones de Coquimbo y el Maule, con zonas dedicadas principalmente a la agricultura han sido declaradas en estado de “escasez hídrica” según dispone el art. 314 del Código de Aguas.[2][3] 

En la zona sur de nuestro país los incendios forestales son un asunto sumamente relevante y que genera muchos problemas, sobre todo en los veranos, cuando se producen simultáneamente episodios de esta índole en zonas cercanas y vulnerables. También es importante mencionar cómo los glaciares andinos, de los cuales Chile alberga cerca del 80% de la superficie total existente en Sudamérica[4], así como los hielos presentes en la zona austral de nuestro país continúan perdiendo masa y extensión, disminuyendo cada año de manera más rápida.

En el contexto actual producido por la pandemia mundial, los medios han difundidos los denominados “efectos positivos” que ésta ha traído para el medio ambiente, así hemos visto imágenes de ciudades con menos contaminación atmosférica y de animales encontrados merodeando en las grandes urbes, lo que da cuenta directamente la forma en que afectamos y deformamos nuestro entorno.

¿Qué haremos cuando esta crisis termine? ¿Qué pasará con el cumplimiento de medidas medioambientales y relativas a la sustentabilidad? Permanece latente el eterno supuesto conflicto que parece enfrentar la protección del medio ambiente y la acción climática  con el desarrollo económico.

La UE ha asumido un gran desafío en este aspecto, con un “Pacto Verde” que busca servir de hoja de ruta, durante las próximas décadas, para que los países de dicho continente sigan avanzando hacia el desarrollo sustentable.

Ante la pregunta respecto a qué pasará con los objetivos tan ambiciosos cuando se estén enfrentando las consecuencias de la inminente y grave crisis socioeconómica post- pandemia, han surgido dos posiciones: una primera señala que se deben analizar los acuerdos y asumir sus desafíos con más flexibilidad, como lo han manifestado algunas autoridades de países de Europa Oriental[5].

Por otro lado, otra posición señala que el escenario actual es una gran oportunidad para potenciar el desarrollo sustentable, el uso intensivo de energías limpias y la apertura de nuevos mercados más amigables con el planeta, esto último puede observarse en la carta enviada por 13 ministros de la Unión Europea[6].

Personalmente, creo que esta última opción es la más adecuada para combatir los efectos del cambio climático, así, por medio de la mitigación y la adaptación a este fenómeno, podamos generar también nuevas formas de levantarnos ante estas caídas imprevisibles, los gobiernos deben asumir un rol preponderante en la toma de estas decisiones y dar un ejemplo, que debe ser replicado en los distintos niveles de organización de la sociedad civil.

En ese sentido, es vital avanzar hacia una reactivación sostenible y resiliente, teniendo como consideración central las distintas variables sociales y medioambientales existentes. De este modo, post pandemia, las inversiones y actividades económicas que se realicen deberían tener un claro enfoque en la lucha contra el cambio climático. Solo realizando un trabajo en conjunto hacia un mismo objetivo podremos lograr no solo lo que nos proponemos, sino también lo que urgentemente necesitamos.

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[1] Página web IPCC en español:  https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/
[2] Sequía: comunas con decreto de escasez hídrica ascienden a 136.
[3] DGA. Planilla Zonas con Decreto de Escasez Hídrica (2008-2020)                 http://www.dga.cl/DGADocumentos/Decretos_zonas_escasez_historico.xls
[4] Evidencia Científica y cambio climático en Chile: Resumen para tomadores de decisiones. Mesa Criósfera y Antártica. Pag. 59 https://mma.gob.cl/wp-content/uploads/2020/03/Resumen-para-tomadores-de-decisiones.pdf
[5] La Crisis por la Pandemia podría afectar el combate al Cambio Climático        https://acera.cl/la-crisis-por-la-pandemia-podria-afectar-el-combate-al-cambio-climatico/
[6] Carta Hacer de la Unión Europea un Green Deal https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/make-eus-recovery-green-deal_129_2265123.html

 

*Las opiniones vertidas en esta sección son personales y no representan al Centro de Derecho Ambiental ni a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

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