No sólo la actividad del volcán Llaima ha sido intensa en estos días: también la de quienes trabajan en los diversos organismos relacionados con la medición de los movimientos sísmicos en dicha zona del país.
Así ha ocurrido con la gente del Servicio Sismológico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, quienes asistirán el trabajo desarrollado hasta ahora por el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS), dependiente del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), responsable de monitorear regularmente las señales originadas en el volcán Llaima, que ocupa parte de las comunas de Caracautín, Vilcún, Cunco y Melipeuco, en la Región de la Araucanía, al este de Temuco.
Los habitantes de esas localidades han debido estar atentos en las últimas jornadas, considerando la intensidad de las emisiones volcánicas y la decisión de la Intendencia Regional de declarar Alerta Amarilla en el lugar, lo que implica informar a las autoridades y a la población sobre las medidas de protección ante caída de cenizas, crecidas y lahares, como también solicitar asesoría especializada y monitoreo instrumental para el nevado, que entró en erupción cerca de las seis de la tarde del primer día de 2008 expulsando material sólido y fumarola por sobre los mil metros de altura desde su cráter principal.
Se trata de una decisión que considera la vigilancia realizada hasta ahora por tres estaciones sismológicas que el OVDAS dispone en las proximidades del volcán Llaima y que en adelante podrán ser asistidas por los instrumentos de medición enviados por la FCFM de la Universidad de Chile.
El Director Científico de esta unidad académica, Sergio Barrientos, explica que “conociendo la realidad de la vigilancia de estos volcanes, es necesario que se haga con un mayor número de instrumentos, para poder caracterizar mejor el fenómeno”.
“Lo que pensamos hacer es enviar dos o tres estaciones. El jueves por la mañana sale el vehículo cargado con los instrumentos, las baterías y los paneles solares necesarios para hacer las instalaciones durante unos tres o cuatro días en la zona que está en actividad”, agrega el profesor Barrientos.
Colaboración universitaria
El trabajo se hará de manera conjunta entre el Sernageomin y el Servicio Sismológico de la FCFM, el cual trasladará al lugar –en un vehículo especialmente acondicionado– los instrumentos para que los técnicos del OVDAS se encarguen de su mantención y operación.
De esta manera, a las proximidades del volcán Llaima serán enviados dos tipos de instrumentos. El primero, equipado con sensores de corto período, fue desarrollado por el propio Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y –según señala Sergio Barrientos– “permite calibrar de muy buena manera los movimientos sísmicos”.
El otro equipo consiste en sensores de banda ancha, que permiten detectar señales de menor y mayor frecuencia que los instrumentos anteriores. Se trata de un rango dinámico superior tanto en frecuencia como en amplitud. “Es como tener un mejor telescopio y un mejor microscopio para poder definir de manera óptima los detalles de la forma de lo que uno está viendo”, grafica el académico.
Una vez que los equipos hayan llegado a la zona del volcán, deberán ser instalados en el lugar que el personal del OVDAS estime conveniente. Allí, tres comisionados de la FCFM, liderados por Carlos Aranda, Jefe de su Servicio Sismológico, explicarán durante algunos días a los expertos del lugar el modo de operar los instrumentos.
La Universidad de Chile ya cuenta con la presencia de herramientas de medición sísmica similares en los sectores de Aysén y Tocopilla, con vigilancia constante y “personal dispuesto en cualquier minuto”, lo que imposibilitó en esta oportunidad el envío de recursos humanos permanentes a las cercanías del volcán Llaima, explica Sergio Barrientos.
Con todo, la idea es ubicar los instrumentos de la FCFM en los faldeos del nevado para llevar así su señal a un punto que entregue un mayor grado de seguridad, a través de un sistema de telemetría.
Para el Jefe del Departamento de Geología Aplicada del Sernageomin, Jorge Clavero, se trata de una importante ayuda. Él destaca la continua colaboración en diversos estudios y casos de emergencia entre la entidad gubernamental y el Servicio Sismológico de nuestra Casa de Estudios.
En esta ocasión, afirma Clavero, "es bastante relevante la ayuda puesto que nosotros tenemos equipo sismológico en la zona, pero mientras más se tenga, va a ser una mejor manera de poder acotar el fenómeno y de caracterizar la actividad sísmica asociada a la erupción en este minuto".
Los instrumentos debieran llegar al lugar durante la tarde del jueves. De acuerdo al funcionario del organismo, en el Sernageomin esperan contar con al menos cinco de ellos en total, "lo cual es bastante importante para monitorear la actividad del volcán".