"Cepa chilena" - Gabriel Zaliasnik

En el poema “El camino no transitado” el poeta norteamericano Robert Frost describe en forma magistral la angustia que a todos nos acompaña ante las opciones y posibilidades que nos ofrece la vida. Todo camino cuando se bifurca nos ofrece una elección, y cualquiera sea la que uno escoja, siempre nos acompañará la sensación que, de haber optado por otro camino, el desenlace podría haber sido diferente.

Es lo que probablemente muchos sentimos durante este año 2020 y que se prolongará en el nuevo 2021. No solo Chile se vio forzado a elegir un itinerario constitucional pensando en una nueva forma de recomponer nuestro dañado tejido social, sino que debió, al igual que el resto del mundo, enfrentar una desconocida pandemia sin que la ciencia ofreciera certezas en la forma de hacerlo. La incertidumbre se apoderó de una sociedad en que la erosionada confianza ciudadana alimentada por mezquinos cálculos políticos, ya causaba serios problemas de gobernanza.

De ahí que a la hora de los balances se deba rescatar el acierto con el cual Chile se preparó para hacer frente a un virus que ha causado estragos en todo el mundo, al punto que nunca enfrentamos el dilema ético de la última cama. El sistema de salud resistió dejando en evidencia el morboso deseo de quienes esperaban verlo fracasar. Otro acierto ha sido el arribo de las ansiadas vacunas. Ello evidencia la eficaz tarea de quienes se encargaron de procurarlas y asegurar que Chile esté entre los primeros países en el mundo que han comenzado a utilizarlas. Este silencioso y eficiente esfuerzo choca una vez más con las estridentes voces de quienes apostaban al fracaso y que cuestionan incluso nuestra capacidad de manejar la cadena de frío que las vacunas requieren.

Con todo, estos aciertos han revelado también que en Chile se incubó una cepa propia del virus. La mutación de la cepa chilena ha sido muy especial y flexible. Hemos comprobado que ella no es contagiosa en eventos electorales, pero si en caso de traslados interregionales o a segundas viviendas. Es una cepa que no se propaga en Plaza Italia ni el centro de Santiago durante las jornadas de protestas, pero es altamente riesgosa en reuniones familiares de fin de año. Es una cepa que permite ir masivamente a los malls pero impide normalizar la actividad escolar y universitaria. Digámoslo claro, es una cepa en que el resentimiento se esconde detrás de la supuesta ciencia y revela que el progresismo es hoy en día sinónimo de totalitarismo.

En palabras de Frost, “Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo/Yo tomé el menos transitado/Y eso hizo toda la diferencia”. Los aciertos en el manejo de la pandemia han hecho la diferencia y desenmascarado a quienes amargamente desean ver a nuestros hospitales colapsados y a las vacunas tardías o inermes frente al virus.

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