Dichos de Ministra de Medio Ambiente
En diario del domingo, la Ministra de M. Ambiente, Maisa Rojas, sostiene apreciaciones y anuncios sobre Quintero-Puchuncaví, que merecen comentarios. Insiste en que Codelco “es responsable del 62% de las emisiones de dióxido de azufre”, causante de las graves intoxicaciones que sufrieron los habitantes de esa zona. Sin embargo, a inicios de junio, la fundición estuvo paralizada por varios días y dichos efectos se agudizaron. (Me recuerdo huelga en junio de 1973, en el Teniente, con fundición de Caletones cerrada, cuya pluma de contaminantes se atribuyó siempre como la causante de la contaminación en Santiago, la que se mantuvo pese a esa paralización). Confirma que se actualizará el Plan de Descontaminación aplicable a dicha zona, que conllevará a fijar más estrictos estándares de emisión. Ello contradice el anuncio de que “van a salir de esa zona las 20 empresas contaminantes “, que ya no se justificaría si ellas ajustarán sus emisiones al nuevo Plan de Descontaminación (Codelco mismo ha anunciado importante destinación de financiamiento para mejora tecnológica). Para aplicar esa masiva erradicación industrial, ¿se ha dimensionado las implicancias humanas, sociales y económicas que deberán asumir los grupos de trabajadores y sus familias que se verían afectados? Y, ¿con qué criterios o definiciones se “distribuirán esas industrias a lo largo del país” sin contar con una Política ni Ley de Ordenamiento Territorial, como tampoco una Ley de Suelos? Esas mismas industrias deberán tramitar sus respectivas autorizaciones ambientales, que darán origen a reclamaciones administrativas y recursos judiciales, más sus tiempos de construcción, todo lo cual comprendería unos 10 a 15 años de espera. Y, a propósito de estas demoras, también referidas por la Ministra, ¿en qué trámite se encuentra la reforma al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental? Confío en que la gestión de la Ministra, aplicable a este tema, se enmarque en tres de los fundantes principios de toda gestión ambiental: el realismo, la gradualidad y la eficiencia ambientales.