El pasado 14 de octubre tuvo lugar la cuarta sesión de la Escuela Ambiental Interdisciplinaria, iniciativa ganadora del Premio Azul 2019 de ayudantes ad honorem del Centro de Derecho Ambiental en conjunto con estudiantes de las Facultades de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, Economía y Negocios, Ciencias Sociales y el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, que surgió tras el éxito de la Escuela de Derecho Ambiental y que se ha desarrollado en línea desde mayo de este año.
Esta sesión práctica estuvo enfocada en abordar qué es lo que se entiende por territorio y de qué manera podemos poner a disposición nuestro conocimiento y saber al respecto, desde una perspectiva comunitaria. La jornada comenzó con una ronda de preguntas abiertas que animaron la plática, y, cuestiones sobre las que invitamos reflexionar en la presente nota para mantener viva la discusión.
¿Cuál es el territorio que habitas? ¿Cuál es su principal característica? En la sesión se obtuvo una gran variedad de respuestas, se consideró “nuestro territorio” como barrios, comunas, ciudades, regiones, cuencas, países, continentes o el planeta, incluso nuestro propio cuerpo, y se caracterizaron según la principal actividad del territorio, por su historia o por el entorno natural que lo rodea. Se llegó a una primera conclusión: podemos entender un mismo territorio a distintas escalas.
¿Hasta dónde llega el territorio en el cual habitas? Aquí se generaron dos visiones contradictorias. Una parte del grupo consideró que las fronteras administrativas no son más que eso, y que nuestro deber es con todo el planeta y no sólo con nuestro ambiente más cercano. Otra parte del grupo estimó sentirse más cercanos al territorio en el que habitan físicamente, por el que se ven directamente afectados en la vida cotidiana, y existe mayor posibilidad de incidencia. El punto de inflexión de esta discusión se centró en entender cómo nuestras acciones a nivel local pueden incidir a nivel global.
¿Existen conflictos socioambientales en su territorio? La mayor parte respondió que sí, pero se encontraron diferentes matices en lo que se considera como un conflicto socioambiental, y por ello se concluyó que, si definimos estrictamente lo que son los conflictos socioambientales, se puede llegar a invisibilizar otros conflictos que ocurren día a día en los territorios.
¿Participas en las decisiones de los territorios que habitas? La mayoría estimó que no, sin embargo, se llegaron a dos grandes conclusiones. La primera es el desconocimiento que existe por parte de la comunidad de las instancias de participación. Segundo, muchas veces se dan instancias de participación informales que no son consideradas en las tomas de decisiones. Además, se resaltó la importancia de hacernos cargo de nuestras responsabilidades como ciudadanos de participar en estas instancias, porque en ocasiones exigimos nuestros derechos sin ejercer nuestros deberes.
Continuó la sesión con una actividad interactiva, en la cual el grupo realizó un mapeo en la Región de Los Lagos de los diferentes actores, tanto privados, públicos, como de la sociedad civil, que conviven juntos en un mismo territorio. Se pudo concluir que muchos de los actores del territorio analizado son empresas privadas nacionales e internacionales que influyen en el territorio, y que la sociedad civil puede estar tanto en contra como a favor de ellas, así mismo los actores públicos. Es por la coexistencia de estos actores que se generan choques y conflictos en el territorio.
Entonces, ¿cómo podemos incidir en el territorio? La jornada terminó con la revisión de instrumentos de gestión ambiental que pueden tener incidencia en los sectores, muchos de ellos específicamente sobre la regulación del territorio, sin embargo, se centró el estudio en uno de los instrumentos de gestión ambiental con más incidencia en el territorio, que es el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Esto porque, debido a la conclusión a la que se llegó en la actividad anterior, en la práctica son actores externos al territorio (empresas que se ubican en Santiago o fuera del país) quienes que tienen una fuerte influencia sobre el mismo. Muchos de estos proyectos generan impactos ambientales, pero también sociales, opacando en varias ocasiones su conflictividad frente a las grandes inversiones. Desde la participación organizada se han podido establecer mayores estándares de protección ambiental e incluso rechazar proyectos con evaluaciones defectuosas.
Antonio Pulgar, asistente de investigación del Centro de Derecho Ambiental, finalizó la cuarta sesión de la Escuela Ambiental Interdisciplinaria señalando que “por eso es importante que el conocimiento se ponga a disposición de los territorios, y esta es la finalidad también de la Escuela Ambiental Interdisciplinaria, crear conciencia del conocimiento que poseemos y que, compartido con la comunidad, puede incidir en nuestro territorio”.
La Escuela Ambiental Interdisciplinaria está a cargo de Karla Vargas Arancibia (ayudante del Centro de Derecho Ambiental) y el equipo de trabajo está conformado por Antonio Pulgar (asistente de investigación del CDA), Joaquín Flores, Felipe Fuentes (ayudante del CDA), Nicolás Hidalgo (Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza), Natalia Aroca (Facultad de Economía y Negocios), Catalina Castillo, María Catalina Muñoz, Matías Plass, Javier Romero (Facultad de Ciencias Sociales), Nicolás Reyes y Consuelo Schwerter (Instituto de la Comunicación e Imagen). Adicionalmente, esta sesión contó con la colaboración de Fernanda Ramírez (Facultad de Arquitectura y Urbanismo).