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Paulino Varas: "Los profesores no jubilan, mueren enseñando"

Paulino Varas: "Los profesores no jubilan, mueren enseñando"

Con 87 años, el profesor Paulino Varas recibió la Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque. El egresado en 1953 ha sido ministro de Jorge Alessandri en la década del 60’, presidente del Consejo de Defensa del Estado, profesor de Educación Cívica a estudiantes secundarios durante 14 años y profesor de generaciones de egresados de Derecho, desde el 1 de mayo de 1955, como él destaca.

¿Cuáles son los cambios que ha visto en la Escuela que más destacaría?

Lo que más destacaría es la preocupación por el alumno, antes era más fría la cosa. Cuando yo era alumno, era un número, ni siquiera se sabían los nombres. En ese entonces, cada profesor tenía muchos alumnos. Cuando éramos jóvenes hacíamos clases con 180 alumnos, ahora tengo 80 en mi clase.

Ahora, si un alumno tiene problemas, hay mayor preocupación por el sujeto único del proceso de enseñanza y aprendizaje. Nosotros guiamos, aconsejamos, decimos, mire vaya por aquí, vaya por acá.

Y en relación a las generaciones de estudiantes que ha formado ¿Cuáles son las diferencias que ve en las generaciones?

No, yo no hago distinciones. A través de las casi 62 generaciones que he visto, yo diría que son parejos. Hay de todo; hay buenos, no tan buenos. Ahora -cosa curiosa-, el que más tiene dificultad, a la larga, le va mejor en la vida que al tipo que le es fácil todo y que saca puras tres coloradas. Ese estudiante, que yo lo identifico como el de las tres blancas, lucha más que el que lo tiene todo, y triunfa.

¿Cómo fue su experiencia en la clase que dio a la generación 1967, en su encuentro de egresados?

Algunos creyeron que era del curso, me preguntaron cómo me llamaba y yo les dije que era Paulino Varas. Les hice una clase y estaban muy emocionados. Les conté sobre mi experiencia, sobre anécdotas, fue un lindo momento. Sentí la misma sensación con que voy a clases todos los días: como que me están esperando, aunque sea para la talla, porque, para mí la tallita nunca falta. La clase tiene que ser entretenida, y si no es entretenida, es fome. Y aquí la primera clasificación para inscribirse con los profesores es "no te vayas a ir con fulano, que es fome".

Para mi esa clase del 67, claro, 50 años, algunos viejos, eran personajes ya todos.

¿Cuál cree que es la característica más importante de sus clases?

Para mí una clase tiene que ser entretenida, alegre. Tú tienes que transmitirles fuerza, ganas de vivir, entusiasmo y optimismo; porque eso es lo que está esperando el estudiante. Yo no distingo, porque cuando un alumno se inscribe contigo, te da un poder inmenso, que no sé si aquí lo aquilatan los profesores, yo lo veo, porque aquí te dan una lista de ochenta y tantos alumnos, que al inscribirse contigo te dicen: "Señor, yo quiero que usted me enseñe, no otro, usted". Entonces, yo les digo, "ustedes me han dado la confianza, porque a mí no me designó el Rector, ni el Decano, me designaron ustedes". Eso es una cosa maravillosa.

Yo siempre he pensado que una clase tiene que ser motivadora, tiene que ser llena de entusiasmo, porque un profesor triste, es una triste clase… un Santo triste, eso lo puso Alberto Hurtado.

No hay día que ande en la calle que dos o tres persona me dicen "Señor usted me hizo clases", incluso cuando voy al cerro, por la pirámide me paran los gallos, unos viejos. "¿Pero, qué año?", le digo yo, "No, el año sesenta y tanto, setenta, ochenta".

Algunos egresados lo recuerdan por sus abreviaturas…

Mi profesor, Gabriel Amunátegui Jordán, me enseñó la abreviatura de Presidente de la República. Entonces, ha seguido el "P de la R".

Una vez, una profesora de Castellano me dijo "Señor, usted un día me habló de las palabras mágicas" ¡Qué me voy a acordar yo! Si ahora todo es leyenda. Todo lo que yo dije, te lo agregan, lo arreglan y "usted señor dijo esto, no sé qué cosa". Ella me agradecía este concepto de las palabras mágicas, una de ellas es "P de la R" para los apuntes. Porque yo dicto pequeños apuntes, para que no pongan Presidente de la República, y queda. El RP, me la enseñó el señor Soto Kloss. El RA, es amparo. Porque yo les pongo en la pizarra grande, porque si les pones chico se les olvida.

Mensaje a los egresados

Quiero dedicarle a los egresados un mensaje de esfuerzo, optimismo, de ganas de vivir, de superarse con una carrera así. Si no se la puede consigo mismo, qué va a transmitir. Nadie puede transmitir lo que no tiene. Yo puedo transmitir mi entusiasmo porque siempre lo he tenido, a pesar de que ya voy para los 88, y ligerito voy a estar en los 90.

En mi discurso comentaré algo: A la salida de la Escuela un alumno me preguntó "¿Cuándo piensa jubilarse?", y yo le dije "Los profesores no jubilan, los profesores mueren enseñando". Esa frase me la enseñó un profesor de aquí, Armando Uribe padre, que era fantástico; era profesor de Minería. Él me decía "la vocación de profesor, le sigue como el alma al cuerpo y termina con la vida del hombre".