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"Las personas son más resistentes de lo que ellas mismas se dan cuenta"

Las personas son más resistentes de lo que ellas mismas se dan cuenta

Me gustaría partir esta reflexión sobre salud mental recordando el ya clásico hallazgo psicológico mencionado en el título. Situación que se ha visto reflejada en múltiples episodios por los que ha transcurrido la humanidad y, como no podía ser de otra forma, también en la actual pandemia por la que estamos atravesando. A pesar de los acontecimientos negativos que podemos experimentar en nuestra vida, como por ejemplo perder a un ser querido, terminar una relación de pareja, quedar sin empleo, y un largo listado de situaciones que ustedes mismos/as podrían completar, finalmente el ser humano es capaz de superar las adversidades y seguir con su vida adelante. Es así como los estudios realizados globalmente ratifican esta característica de los/as que habitamos el planeta. A pesar del tiempo que me pueda tomar, el resultado final es la superación de la pérdida, con la consiguiente disminución del malestar asociado. De esta manera, no es que olvide lo acontecido, pero el recordarlo ya no viene asociado a un dolor que me deja inhabilitado emocionalmente.

Este sistema inmunológico psicológico es una habilidad cognitiva que nos permite dar lo mejor de nosotros mismos incluso en las peores situaciones, por lo tanto, nos ayuda a hacer frente a las diferentes pérdidas que experimentamos, con la ayuda invaluable de nuestro cortex prefrontal, el que anticipa la situación desagradable, generando una simulación del potencial sufrimiento, lo que lleva a que cuando finalmente enfrentemos el evento, éste sea menos catastrófico de lo que esperábamos, disminuyendo de esta forma el impacto negativo generado sobre nosotros.

La pandemia nos ha permitido desarrollar habilidades que teníamos ocultas o latentes. Es así como han surgido en estos meses grandes escritoras, diseñadores de vestuario, organizadoras de eventos online, panaderos, y un gran listado de destrezas que se han podido desarrollar en respuesta al confinamiento obligatorio que nos ha tocado vivir, incluyendo el estrechamiento de algunos lazos familiares que podían estar débiles o ser casi inexistentes.

Con esto no pretendo quitarle peso al dolor y sufrimiento experimentado por muchas personas y familias durante estos últimos años e incluso en la actualidad. Sin embargo, me parece importante destacar como las diferentes investigaciones realizadas a nivel mundial, si bien mostraron un aumento considerable en distintas psicopatologías, como estrés, ansiedad y depresión al inicio y durante el desarrollo de las peores etapas de la pandemia, se ha observado un cambio en las últimas mediciones, las que indican que actualmente se ha regresado a los niveles prepandémicos obtenidos con anterioridad al año 2000, lo que ratifica esta capacidad del ser humano de adaptarse a situaciones adversas y seguir adelante e incluso fortalecido/a en algunas oportunidades.

Esperemos que el destino nos depare mejores escenarios, porque las buenas experiencias son necesarias y repercuten positivamente en nuestro bienestar psicológico y salud mental, y así a estar preparados para cuando volvamos a toparnos con estos aspectos menos gratos de la vida, pero ahora con la confianza y experiencia de que siempre podemos salir adelante. No está de más recordar que los seres humanos no somos víctimas pasivas de los cambios, sino más bien actores activos de nuestro propio bienestar.

Carlos Passi Capdeville

unidadpsicologia@derecho.uchile.cl
Septiembre de 2021