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La paridad debe entenderse como el establecimiento de un piso para mujeres y disidencias en la representación política

La paridad como un piso para las mujeres en la política

El día 21 de octubre se llevó a cabo el debate “Paridad en el proceso constituyente y post constituyente”, organizado por el Centro de Derechos Humanos (CDH) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. El objetivo de esta actividad fue invitar a mujeres connotadas en esta área temática para que brindaran sus impresiones sobre el asunto. Sus intervenciones  integrarán el próximo número del  Anuario de Derechos Humanos a publicar a finales de este año.

La paridad como mecanismo para garantizar el reparto equitativo del poder político y como estrategia transformativa de la distribución de poder en torno a categorías de sexo y de género, ha surgido como un tema inédito en el proceso constituyente y permanecerá en debate en el proceso postconstituyente, cuando se deban realizar cambios, reformas y reformulaciones al sistema jurídico a fin de estructurarlo como un todo sistemático.

La instancia contó con la participación de Alondra Carrillo, Constituyente del Distrito 12, Psicóloga de la Pontificia Universidad Católica y Miembro de la Coordinadora 8M; y de Yanira Zúñiga, Doctora en Derecho y Académica de las cátedras de Derecho Constitucional y Derecho Internacional Público de la Universidad Austral.

Ambas panelistas brindaron una profunda mirada sobre la temática. Respecto a cómo se debería configurar la paridad en una nueva constitución, Alondra Carillo señaló que “la paridad debe entenderse como el establecimiento de un piso para mujeres y disidencias o como un techo para la identidad de varones cisgénero en la representación política (…) que al mismo tiempo establezca un mecanismo de corrección que considere los otros vectores de opresión histórica y no excluya a los otros grupos históricamente excluidos”.

Por su parte, Yanira Zúñiga, respecto del cómo la regulación de la paridad determinará el sistema de representación política y la estructuración del Estado, indica que “dependerá de la orientación o visión de paridad que se tenga y, por otro lado, de cuál sea la extensión en cuanto a qué áreas de las funciones estatales termine permeando la paridad, puesto que si solo se circunscribe en lo electoral o al parlamento, tiene menos posibilidades de ser transformadora, que si atraviesa toda la estructuración del poder estatal”.

El debate concluyó con la pregunta sobre cuáles serán, en la opinión de las entrevistadas, los principales desafíos del orden jurídico en una etapa post constituyente. Alondra Carillo señaló que “el principal desafío es uno político de los sectores populares, de desmontar una institucionalidad vigente y sentar las bases de un nuevo orden institucional […] Partiendo desde la aprobación de un texto constitucional y luego, la construcción lenta y plagada de tensiones que va a suponer la intensa participación popular en el ejercicio deliberativo que le va a dar forma a las Leyes orgánicas constitucionales, las bajadas institucionales que van a salir del establecimiento de los Derechos Fundamentales que van a quedar plasmados en esta Carta”.

Por su parte, Yanira Zúñiga, indicó que “desde la perspectiva constitucional la nueva carta es un punto de partida para la producción de normas y no un punto de llegada, por lo que hay que ser capaz de trasladar esas mismas visiones al debate de leyes complementarias y políticas públicas”. Dando cuenta, además, de que desde su punto de vista “tenemos una deuda en chile y en el mundo respecto de la producción de contenido constitucional desde una perspectiva de género (debido al peligro de que se distorsione la discusión en el proceso de aplicación normativa, en lo relativo a la interpretación judicial afín a las lógicas conservadoras de distinto orden, no solo en cuanto al género), por lo que es necesario establecer una garantía para que los órganos del Estado apliquen las normas desde la perspectiva que sea fiel a los presupuestos que se tuvieron en vista en la discusión”.

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