Pilares

El carácter monumental y jerárquico del edificio dialogan con el territorio, la mano del Arquitecto se refleja en un tratamiento particular de cada una de sus fachadas que permite una volumetría global que se inmersa en su entorno y la constituye en un hito urbano. El emplazamiento y diseño del nuevo edificio refleja su compromiso con el espacio público, a nivel arquitectónico y simbólico, en un período de reordenación republicana del país con la entrada en vigor de la Constitución de 1925 y después de una época de profunda convulsión social, sobre la base de un ambiente académico y político propicio para el estudio del derecho, que se mantiene hasta a la actualidad.

La terminación de la obra gruesa acaeció a finales de 1973, dando cuenta de una propuesta racionalista y ocupando un lenguaje formal simple y abstracto, de sobriedad ornamental, produce una obra representativa de la Arquitectura Moderna en Chile, avalada por el uso de un nuevo material, hormigón, permite una definición estructural en base a  pilares y vigas, configurando  un espacio de continuidad y permitiendo la fluidez de circulaciones que conectan las alas interiores, el atrio de acceso y el exterior, entregándose, por medio de una escalinata a modo de foro, al territorio del rio y el parque.