Primer hito: Frontis

La Escuela de Derecho es la institución universitaria que imparte estudios de derecho más antigua del país. Su conformación es incluso anterior a la creación de la Universidad de Chile en 1842 y está representada en el escudo distintivo de la misma, sobre el fondo verde (sinople) y con el símbolo característico de la justicia: una balanza. En rigor, los estudios de derecho en Chile comienzan con la Real Universidad de San Felipe, corporación de la cual la Universidad de Chile (en especial, la Facultad de Derecho) es la continuadora.

La primera lección de “cánones y leyes” se dictó el 9 de enero de 1758, cumpliendo la función de otorgar grados de bachiller, licenciado, magíster y doctor, en particular, en Filosofía y Teología, de acuerdo con las necesidades de formación del clero local. En ese marco, durante el gobierno de Manuel Bulnes Prieto se promulgó la ley que crea y permite la instalación de la Universidad de Chile, lo que se verificó al refundir ambas instituciones durante el rectorado de Andrés Bello, el 17 de septiembre de 1843.

En el año 1934, la Escuela de Derecho impartía sus clases en la Casa Central de la Universidad de Chile, iniciando las gestiones para la construcción de un edificio propio que acogiera la renovación del Plan de Estudios. El Decano de la época, don Arturo Alessandri Rodríguez se hizo cargo de la modernización de la enseñanza del derecho, en virtud de los nuevos estatutos de la Universidad de 1931, que contemplaban un incremento de la infraestructura y la construcción de nuevos inmuebles.

La Escuela de Derecho: hito urbano y expresión de modernidad

El arquitecto de la Universidad de Chile, Juan Martínez Gutiérrez, creador de importantes hitos urbanos que forman parte de la memoria colectiva chilena, como la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, la Escuela Militar Bernardo O’Higgins y el Templo Votivo de Maipú, entre muchas otras; gana el concurso, en una segunda instancia, del proyecto de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, , luego que un primer concurso se declarara desierto;  con ello, Martínez tiene la oportunidad de construir su primera obra en el país.

El terreno donde se emplazó el proyecto corresponde a una localización estratégica en la trama urbana de Santiago, que hasta entonces había albergado al Estadio Chile, recinto deportivo famoso por sus competencias de boxeo.

Entre el vacío y la sinuosidad del río Mapocho, la permeabilidad y follaje del Parque Forestal y la presencia y altura del Cerro San Cristóbal, convergen los elementos territoriales esenciales que permiten ordenar y configurar la trama urbana, conteniendo la ciudad

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