Noticias

Nueva encargada de Oficina de Equidad e Inclusión: Damos un paso más y decimos “igualdad teniendo en cuenta la equidad”

Oficina de Equidad e Inclusión: igualdad teniendo en cuenta la equidad

Al alero de la Unidad de Inclusión, Equidad y Género de nuestra Facultad, la Oficina que desde este año está a cargo de Raquel Calvarro Arroyo, busca avanzar en procesos de sensibilización, capacitación y visibilización de las necesidades especiales de estudiantes de nuestra comunidad.

Este espacio, ubicado físicamente en Pio Nono Nº 140 es el lugar al que pueden acudir alumnos y alumnas en situación de discapacidad, neuro divergentes, extranjeros y migrantes con el fin de facilitar su proceso de aprendizaje y estudio.

La antropóloga y trabajadora social, Raquel Calvarro, llega a la Universidad de Chile tras 20 años de trayectoria en la fundación Teletón, específicamente como especialista en inclusión laboral. Raquel posee estudios de pre y posgrado de la Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile y Adolfo Ibáñez.

Con esta experiencia en equidad e inclusión, ¿En qué consiste el trabajo y qué ha visto o qué diagnóstico ha hecho?

La Oficina de Equidad e Inclusión de la Facultad de Derecho atiende a dos grupos prioritarios, que son estudiantes en situación de discapacidad o diversidad funcional y estudiantes que pertenecen a la diversidad cultural, migrantes, afrodescendientes  y extranjeros.

En la diversidad cultural se consideran los descendientes de pueblos originarios, que en esta Facultad son un número importante. Son cerca de 210 estudiantes de los cuales, la gran mayoría, más del 50%, un 60% o un 75% son mapuche. El resto se divide entre los otros pueblos originarios. Yo diría que contamos también con unos 100 estudiantes que declaran una condición de discapacidad; y si cruzamos estos datos podemos tener unos 9 o 10 estudiantes que pertenecen a la diversidad funcional que además declaran pertenecer a un pueblo originario. Ahí requerimos un doble abordaje.

 Desde esta oficina, la pretensión es equiparar oportunidades para que los estudiantes en situación de discapacidad puedan acceder a las clases, puedan acceder al conocimiento.

 

¿Cómo lo hacemos?

 Lo que hacemos es casi un trabajo de uno a uno, procurando considerar bien las particularidades. Al igual como en el empleo se habla de ajustes razonables para que el trabajador/a con discapacidad pueda desempeñarse bien en su puesto de trabajo, en el ámbito académico nos referimos a adecuaciones curriculares, que se se van a definir en función de las particularidades de nuestros estudiantes. Acá en la Facultad de Derecho, el mayor número de estudiantes está dentro de lo que conocemos como las neuro divergencias. Entonces tenemos un número muy importante de estudiantes con alguna discapacidad psicosocial y también del trastorno del espectro autista. 

 

Cuando hablamos de adecuaciones curriculares, lo que buscamos es que el profesor adecúe una metodología, pero que también se hagan algunas adecuaciones a la hora de evaluar. No nos referimos a que se suba la nota, ni que se haga algo distinto. Nos referimos a que -tal vez - con algunos estudiantes se necesita que tengan un poco más de tiempo para poder contestar la prueba o que en lugar de que el examen sea oral, sea escrito o que sea la entrega de un trabajo. O que el examen oral sea con menos público. Si hablamos de una discapacidad a lo mejor auditiva, que el profesor lo conozca y sepa que tiene que hablar de frente al alumno, o a lo mejor en este caso el profesor no podrá pasearse por la clase y que esté más estático para leerle los labios.

 

¿Cómo se trabaja el proceso de inclusión con los profesores y profesoras?

Hoy lo que se está haciendo es que una vez que tenemos definidas las adecuaciones con los estudiantes que las requieren, éstas se envían a los profesores. Lo envía la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) una vez que se ha matriculado se sabe quiénes serán sus profesores.

 Creo que ese será un desafío para el 2024  visibilizar mejor nuestros grupos prioritarios y esto va a ser a través de actividades, de talleres de sensibilización, de cursos de capacitación y eso es algo que tenemos que trabajar con la DAE.

 

¿Para verlo con todos los estamentos, funcionarios incluidos?

 Esto es algo que involucra a funcionarios, estudiantes y docentes. Muchas veces pensamos que la discapacidad es algo que se ve, como la discapacidad motora que es muy visible, pero luego están estas otras discapacidades como las neuro divergencias que se sufren en solitario y - como no lo vemos-  es más difícil empatizar y tener claridad de lo que el otro necesita.

 

Considerando su trabajo en Teletón (20 años) ¿Qué podríamos incorporar como Facultad para ayudar a las personas en situación de discapacidad?

Hay cosas que ya se han tomado, esta es una facultad que tiene una trayectoria importante en contar con estudiantes con discapacidad visual desde hace muchos años. 

El tener esta oficina de equidad e inclusión ya es un camino andado porque ya no sólo nos quedamos con el principio de igualdad que viene de los Derechos Humanos, sino que damos un paso más y decimos “igualdad teniendo en cuenta la equidad”.

 ¿Qué más podemos hacer? Son muy necesarios los procesos de sensibilización y capacitación porque cuando yo no conozco algo, aparecen los miedos, los estigmas, los prejuicios frente al otro y eso impera. Creo que estando además en un ámbito como es el universitario, hay que abordar más abiertamente las acciones de capacitación en estas materias.

 

Sobre la situación de los estudiantes migrantes ¿Cómo se puede trabajar para mejorar la experiencia de estos jóvenes?

Uno siempre conversa y siempre escucha y al igual que nos pasa con los estudiantes de regiones, yo creo que uno de los apoyos que ellos requieren es mejorar sus redes sociales. Porque llegan a una ciudad desconocida, donde no tienen muchos apoyos y así como los estudiantes con discapacidad, lo más importante son las adecuaciones. En estos casos hablamos de fortalecer las redes.

 

¿Qué elementos se visualizan como desafíos en materia de equidad?

Lo que hablamos es de entregar los apoyos en función de las necesidades de cada persona. Yo creo que el gran desafío es contar con el tiempo para conocer a cada uno de nuestros estudiantes para que podamos conversar bien con ellos, no por correo, no por teléfono, sino que de manera presencial, pues un par de veces al año y así no abordarlo sólo desde la igualdad para todos, sino que teniendo en cuenta la particularidad de cada uno de ellos. Diría que eso es lo más relevante.

 

Hay trabajo que realizar 

Aquí hay que hacer todo lo posible no sólo para que accedan a la educación superior, sino para que permanezcan y terminen, saquen su título y accedan a mejores puestos de trabajo. Hace un tiempo revisé las estadísticas y había cerca de un 5% de personas con discapacidad en cargos de jefaturas. Eso tiene que crecer más.

 

¿Cómo se acerca un estudiante a la Oficina y qué puede esperar?

Lo primero, es que la Facultad no exige que el estudiante que declara tener una discapacidad tenga un certificado o una credencial de discapacidad, solamente con un informe médico para tener un respaldo. Estamos ubicados en Pío Nono 140.

A partir de la primera entrevista, transformamos la dificultad en una solicitud de adecuación, que solemos mandar al principio del semestre a todos los profesores. Sin embargo, si en el mes dos del semestre un joven se acerca, también tenemos la posibilidad de mandar las adecuaciones de ese estudiante.

 

¿En el año hay entrevistas y siempre pueden contactarse?

Siempre estamos en contacto. Yo me comunico con ellos a través del correo electrónico y pongo a disposición la agenda. Lo que yo espero es tener entrevistas de seguimiento, porque tenemos que ver que las adecuaciones estén funcionando y para eso hay que ver que eso que necesitaron se esté dando y cómo hacer para que haya esta conversación.